Ingredientes:
1 trozo de jengibre fresco (aproximadamente de 2-3 cm)
2 tazas de agua
Jugo de 1/2 limón (opcional)
Miel al gusto
Preparación:
Rallar o cortar: Lava bien el jengibre y rállalo finamente o córtalo en rodajas delgadas.
Hervir: Coloca el jengibre y el agua en una olla pequeña. Lleva a ebullición.
Cocinar a fuego lento: Reduce el fuego y deja que el té hierva a fuego lento durante unos 10-15 minutos. Entre más tiempo lo dejes, más fuerte será el sabor.
Colar: Retira la olla del fuego y cuela el té para eliminar los trozos de jengibre.
Endulzar y agregar limón: Vierte el té en una taza y endulza con miel al gusto. Si deseas, agrega el jugo de medio limón para un toque cítrico.
Consejos adicionales:
Intensidad del sabor: Si prefieres un té más fuerte, puedes usar más jengibre o dejarlo hervir por más tiempo.
Variaciones: Puedes agregar otras especias como canela o cardamomo para darle un toque diferente al té.
Servir: Disfruta tu té de jengibre caliente o frío. Si lo prefieres frío, déjalo enfriar a temperatura ambiente y agrega unos cubitos de hielo.
Beneficios del té de jengibre:
Alivia el dolor: Es excelente para aliviar dolores musculares y articulares.
Fortalece el sistema inmunológico: Gracias a sus propiedades antivirales y antibacterianas.
Ayuda a la digestión: Calma las náuseas y reduce la inflamación estomacal.
Reduce la inflamación: Es un potente antiinflamatorio natural.
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